miércoles, 11 de abril de 2007

Durante los últimos meses en la ciudad e México se han llevado a cabo dos

expropiaciones de propiedades vinculadas con delincuentes o como quien dice, al Crimen Organizado, sobre todo en lo referente al narco, narcomenudeo y piratería. La primera fue la del predio denominado Tenoch 40 o “La Fortaleza” que después resulto que no, que esa no era. La segunda expropiación corresponde a “El hueso”, lugar ubicado en Iztapalapa, Iztapachaca, Iztacalaca, Iztapalacra o como se le quiera llamar, estigmatizar o apodar a esta celebre delegación.
El caso es que como todas las decisiones políticas siempre causan opiniones controvertidas y deben ser criticadas, así que he aquí una más que es muy sencilla.

Desde antes de que Marcelo Ebrard Casaubón fuera electo como jefe de la Ciudad de México o de la Esperanza
(como románticamente y quizá hasta más chido la denominó el Peje), se sabía que su gobierno tendría una gran carga policíaca y el antecedente más claro fue la “recuperación” de la Ciudad Universitaria, así que ahora que el señor Ebrard es todo un jefe de gobierno no es raro todo el despliegue de policías que ha utilizado en los diversos operativos, el más reciente es el del desalojo de los vendedores ambulantes del centro histórico “patrimonio de la humanidad”, donde hay una “casual” peculiaridad pues resulta que todo ese grupo de vendedores y su líder principal no tienen vínculos con el PRD sino que son priístas, y solo lo menciono para que saquen sus propias conclusiones, la mía ya varios la conocen y es que Toda la clase política APESTA. Sí sí, ya sé que no todos con la misma intensidad, pero de entrada todos apestan a menos que demuestren lo contrario.

Tomando de nuevo el camino original de estas líneas, las expro
piaciones en realidad no me parecen malas, sin embargo también me parece que hay varias fallas. La primera es que se parte de una idea de algo así como de que “sin lugar no hay probabilidad delito” cuando en realidad el lugar lo conforman las personas que habitan y viven en él, y si bien al expropiar el predio y convertirlo en espacio público se elimina el sustento material donde se llevan a cabo esos hechos ilícitos, que dicho sea de paso no son cometidos por todos los usuarios de ese espacio comercial y habitacional, con esto no se acaba la incidencia delictiva pues no es el lugar el que lo lleva a cabo sino las personas, y si estas no son detenidas o controladas de alguna forma, bien fácil pueden encontrar cualquier otro lugar en donde continuar con sus actividades. Por otra parte la gente que o está involucrada y que pierde su patrimonio ¿ahora a qué se va a dedicar? Realmente la problemática no es sencilla y son varios puntos los que hay que abarcar pero por el momento hasta aquí me quedo.

Un abrazo y saludo a todos

2 comentarios:

Un Mexicano dijo...

http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/83419.html

Licate esta noticia acerca del "Jefe Delta".

Resulta que ese culero es el bueno de la historia en la noticia anterior; en la cual direon de baja a 12 policias, pero dejame platicarte que ese cabron se las gasta igual. El wey "Jefe Delta" anda extorsionando a la gente en la delegacion Benito Juarez. No doy mas info al respecto por aquello de "no abusar" de mi libertad de expresión y me vengan a dar unos chingadazos, pero me consta y lo sé de primera mano.

Sabucles dijo...

Cámarax.

Hola Moi. Pues ya sabes que siempre que el gobierno hace algo, tiene su justificación de por medio. De cualquier forma, si los predios son dedicados a un fin público, está de huevos. Pero generalmente, las casas expropiadas se convierten en centros de proselitismo para ayudar a los weyes que se encargaron de expropiarselo.

Saludos Moix.