martes, 19 de febrero de 2008

Derrota

Derrota, mi Derrota, mi soledad y mi aislamiento;

Me eres más querida que mil triunfos,

Y más dulce al corazón que toda la gloria del mundo.

Derrota, mi Derrota, mi desafío y conocimiento de mi mismo;

Por ti sé que aún soy joven y ligero de pies

Y desdeñoso de los marchitos laureles.

En ti encontré perfecta soledad

Y la alegria de ser humillado y despreciado.

Derrota, mi Derrota, mi rutilante espada y mi escudo;

En tus ojos he leído

Que ser entronizado es ser esclavizado,

Y ser comprendido es ser rebajado,

Y ser entendido es tan sólo alcanzar la propia plenitud

Y como un fruto maduro, caer y consumirse.

Derrota, mi Derrota, mi audaz compañera,

Tú escucharás mis cantos, mis gritos y mis silencios,

Y nadie sino tú me hablará del batir de alas,

Y del furor de los mares,

Y de montañas que arden en la noche;

Y sólo tú escalarás mi escarpada y roqueña alma.

Derrota, mi Derrota, mi inmortal valor;

Tú y yo reiremos juntos en la tormenta,

Y juntos cavaremos fosas para todo lo que muere en nosotros

Y nos erguiremos ante el sol con una voluntad,

Y seremos peligrosos.